Esto podría ser la crónica de una receta: Brandada de bacalao. He tenido el placer de degustarlo en uno de mis rincones favoritos de Madrid, en el Restaurante el Pitaco.
Mi buen amigo Esteban, propietario del local, llevaba tiempo queriendo invitarme a comer para celebrar una buena noticia recibida hace un par de semanas sobre mi estado de salud. A veces olvidamos lo afortunados que somos cuando estamos completamente sanos. Y si algo he aprendido de todo esto tras la recuperación es que debemos hacer un esfuerzo por sacar tiempo y mantener la sana costumbre de ir a comer por placer a un buen restaurante, de vez en cuanto, en buena compañía, sin prisas. Así lo hice. Sabiendo además lo que me gusta descubrir sabores nuevos sin descuidar mi dieta, surgió la brandada de bacalao.
Se trata de una receta que lleva bacalao, leche, aceite de oliva y ajitos en láminas. Se cuecen la leche y el bacalao mientras se dora el ajito. Acto seguido, se van ligando hacemos mahonesa y se nos corta, tiene arreglo, la podemos recuperar. Sin embargo, si se nos corta esto, tendríamos que tirarlo.
Luego va al horno, no mucho tiempo, hasta que se dora, y se termina con un toquecito explícito de soplete. Finalmente, se colocan 2 varitas de sigulet.
Para quienes desconozcan el sigulet o Ciboulette, que es el nombre original en francés de una variedad de cebolla. Se consumen sus hojas y menos frecuentemente sus bulbos. Tiene un aroma suave y sabor particularmente exquisito que posibilita su utilización tanto en forma cruda como cocida en diversas comidas reemplazando a la cebolla de verdeo, la cebolleta de toda la vida.
Sencillamente, espectacular. Un plato cardiosaludable, sin más ingredientes que los mencionados.
No lo duden, busquen un hueco en su agenda, si es posible en tiempo de ocio. De estos platos hay que disfrutar sin prisas.
Restaurante el Pitaco. Av. de Badajoz, 25, 28027 Madrid
Reservas: 914 03 88 62