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Horno San Onofre, dulces y pegatinas de Todos los Santos

Pistoletazo de salida al ciclo del Turrón en España

De nuevo, octubre da paso a noviembre con Todos los Santos, esa festividad oscura pero también dulce con los panellets, los huesos de santo y los buñuelos como protagonistas. Todos están basados en frutos secos, que nos aportan la energía para combatir la falta de calor de ahí fuera. Este año, Horno San Onofre nos los sirve con divertidos adhesivos basados en el santoral, que evocan las pegatinas de repostería de toda la vida, y añade un surtido muy viajero en su local del Mercado de San Miguel.

La festividad de Todos los Santos no es una más en el ecosistema de las pastelerías. Con ella se inicia el Calendario Repostero tras la recogida de la almendra en septiembre, que en Horno San Onofre, las míticas pastelerías madrileñas fundadas en 1972, se lleva a cabo en Alcoy (Alicante), e implica el pistoletazo de salida del ciclo del turrón, porque antiguamente desde que se recogía y procesaba la almendra hasta que ésta llegaba a Madrid, les daban las navidades.

Dulces mediterráneos 

En San Onofre, los panellets, los buñuelos y los huesos de santo solo se elaboran con la variedad de almendra Marcona, una variedad española y que está en el origen de estos postres cuyos primeros vestigios se ubican en las tradiciones otoñales de los celtas, que combatían los miedos y honraban a sus muertos con ofrendas como la almendra, típica de Levante; el piñón, típico de Castilla; o las castañas, del noroeste. Por su parte, el panellet es pariente del mazapán, y como panecillo, se vinculó al ritual cristiano de llevar pan a los altares y a la tradición arraigada en las Baleares de repartir pan sobre las tumbas el día de los Difuntos. Los huesos de santo nacerían después, como una variación del panellet, en una época en la que el catolicismo intentaba destacar lincorrupto. En cuanto a los buñuelos, aterrizaron en nuestro mantel a través de los árabes, e inicialmente tenían una base frita y bañada en miel, baño que nosotros hemos abandonado, para, sin embargo, rellenarlos: los rellenos más tradicionales y que aún conservamos en San Onofre son los de tubérculos -batata, calabaza, cabello de ángel…

Pegatinas de Halloween y un viaje de postres

El trio divino panellets-huesos de santo-buñuelos es uno de los fuertes en la carta de Horno San Onofre, y este año, estas pastelerías apelan a la infancia, tan afín a Halloween, haciendo un guiño a aquellos cromos y adhesivos que nos regalaban con la repostería cuando éramos niños, ya que con cada compra de cualquiera de estos productos típicos de Todos los Santos, Horno San Onofre nos regala una divertida pegatina basada en el santoral,perfecta como atuendo de Halloween.

Los panellets, los buñuelos y los huesos de santo ya llevan días asomando, junto con calabazas de chocolate estética Halloween, en los escaparates de los cinco locales de Horno San Onofre; y en el puesto que la firma mantiene en el Mercado de San Miguel, donde además este otoño se presenta un novedoso surtido de dulces, afín al Manifiesto Living Natural que San Onofre ha lanzado para reafirmar su compromiso con los productos naturales y el consumo responsable, y que quiere homenajear la gastronomía de todo el mundo: España ama a Japón, un tierno bizcocho de té Matcha con interior de ese sabor mezclado con una mousse de azahar del valle del Tena; Little Spain in América, un sugerente chocolate centroamericano cocinado con el más preciado de los aceites de Oliva de Priego de Córdoba; Por qué Mourinho, una suave mousse blanca de vainilla de Tahití con una torrija en su interior, pintada en vellut blanco y terminada con un merengue italiano tostado en su base de galleta de almendra;

Si yo viviera en London, un Gin sin alcohol hecho a base de un cremoso con base de streuzel de enebro y mousse con gelatina deTónica; Perdí la cabeza una noche de verano, un bozcocho de hierbabuena y albahaca con interior de crema de ron, mousse de hierbabuena y lima, todo ello sobre una galleta de chocolate; Que será, será, bola sorpresa y refrescante de chocolate blanco con crema híper ácida de lima y fruta liofilizada; Tómate un respiro, corazón de praliné de avellana sobre un sable reconstruido y un entrañable Kit Kat como terminación final; El negro sí es un color, un dulce con interior de cacao con mousse de Mascarpone y baño de chocolate negro, rematado con una galleta Oreo; Oro, glaseado crujiente de chocolate lacteado, avellana tostada y láminas de oro; y Para no olvidar, un recuerdo a cada madre y abuela del mundo, olor a manzana asada o al confite de los albaricoques.

San Onofre, 3 / Mayor, 73 / Hortaleza, 9 Hernani, 7 / Mercado de San Miguel (Madrid)

 

 

 

 

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